Diseño de lectura
Abordaje 1
El primer abordaje del texto consiste en presentar unas apreciaciones del ámbito teórico que permiten resaltar el proceso investigativo a través de la indagación de fuentes textuales y de otra índole. El segundo abordaje se presenta como proceso del diseño investigativo, su metodología y hace referencia a algunos hallazgos que se han hecho presentes durante la reflexión del análisis de datos recolectados.
La razón
Hay una razón para todo, y para encontrarla, se hace necesario explorar y, por supuesto, experimentar. Del mismo modo, se hace necesario buscar y encontrar nuevos caminos que nos lleven a esa razón, a ese entendimiento del problema o razonamiento; entendimiento que permite trazar el camino de la búsqueda, como lo menciona (Gonzáles Iñarritu, 2014). En este caso, se trata de indagar sobre la estética y la poética como ejes de obras interactivas. Así, «explorar»2 es encontrar, trazar el camino a recorrer, indagar para modelar y esclarecer; es buscar los encuentros, los vínculos y las conexiones de esas identidades digitales de personas, que subsisten en cofradías con formas, rituales y encantos que presentan en sus relaciones no siempre colaborativas. Es decir que este texto da cuenta de los avances teóricos e investigativos que se suscitan en la pesquisa sobre la estética de la conectividad y de la poética de las obras o prácticas interactivas. Para llegar a ese contexto de la estética de la conectividad, se desarrollará un experimento: una creación colaborativa de un cinema[1] en línea, articulado como taller de creación que permitirá observar las participaciones y generar conclusiones sobre los procesos poéticos que podrán ser reutilizados en diversos contextos y disciplinas, como el diseño y la creación.
En ese camino de explorar, se necesita de un vehículo que nos acoja durante ese viaje. En este caso, ese vehículo es la estética, disciplina que nos permitirá ahondar en este proceso exploratorio para encontrar el entendimiento del problema. Por lo tanto, explorar la estética y la poética, su función, su uso es encontrar soluciones a los problemas de la humanidad, problemas que se han amplificado en su fase «moderna», o mejor, postmoderna, en la que el racismo, el alcoholismo, la violencia, la depresión, la anorexia y los desórdenes obsesivos son el resultado de la puesta en sociedad de estándares impuestos por una retórica de siglos pasados que se ha manifestado en la salud física y mental del homo sapiens.
“Investigar lo sensible arroja soluciones para el entendimiento propio y del otro” (@sacosta809, 2015)
En ese sentido, investigar usando la estética como vehículo para encontrar, entre otras cosas, formas de entendimiento hace que las investigaciones, en este caso de programas de doctorado, se hagan con un significado que aporta a problemas sociales concretos. Ahora bien, es determinante que estos avances sean significativos y aporten no solo a ámbitos sociales, sino también al campo disciplinario al cual pertenecen, en este caso, al diseño. De este modo, sabemos que las investigaciones en estudios doctorales en diseño tienen diversas líneas de desarrollo que buscan consolidar el núcleo disciplinario del diseño, así como de la creación. Para lograr esta solidificación, se hace necesario que las investigaciones apunten al desarrollo, entre otros, del estudio de valores estéticos en los que la forma, la función y el significado solidifican el núcleo disciplinario del diseño (Milano, 2015). En esta misma ruta, investigar en estética es indagar en lo disciplinario del diseño, es decir, buscar su funcionalidad y aplicabilidad en el diseño, ya que no se puede hablar de diseño sin un contexto y constructo estético. El diseño, desde sus inicios, ha trabajado con los principios básicos de la funcionalidad estética, la cual permite a los productos ser funcionales desde la condición de satisfacción y placer. Por lo tanto, la comprensión estética es una condición para el diseño, y trabajar estos los conceptos estéticos posibilita una intervención social muy intensa expresada en procedimientos y comprensión del mundo (Rocha, 2015).
Ahora, ¿por qué indagar sobre estética? Porque, sobre todo, el hombre tiene una necesidad espiritual de abastecerse de elementos emocionales; el hombre es un ser emocional. ¿Qué sería de la vida del homo sapiens si no fuera sensible? Además, las obras o productos, en el sentido no mercantil, están para suplir esa necesidad de su ser, de su espiritualidad. De tal modo, la estética se presenta para trazar ese camino de encuentro en la relación con nuestro yo, con nuestro entendimiento y el de los otros. Aquí se debe dejar claro que, al referirnos a obras, es decir a prácticas artísticas, lo hacemos desde el arte y, cuando hablamos de producto, lo hacemos desde el diseño.
Entonces, indagar sobre estética y, en este caso, sobre la estética de la conectividad, entendida como espacio de flujos de conexiones, e intercambios audiovisuales y textuales de redes de personas y sistemas en redes tecnológicas es indagar sobre la sociedad actual, su forma de interacción, el estado de sus necesidades, su futuro, su cultura y sus aspectos sociales (Buber, 1992). En otras palabras, se trata de indagar en estos aspectos no desde la recepción, sino desde su proceso de creación; es decir, la poética, como lo menciona (Pareyson, 1988) es indagar sobre el mismo ser humano,, que es un ser social, característica que lleva en su ADN[2], y sus relaciones físicas, que cada día son menos, así como digitales y virtuales, que cada día son más. Asimismo, el trazado de exploración de la estética de la conectividad articula el conocimiento narrado a través del proceso creativo y de su objeto en sí mismo, es decir, la exploración del contexto estético de la conectividad[3] es reflexión en la acción.
La #estética no es #arte y el #arte no es #estética[4]
Así, las investigaciones en artes, diseño y la postmodernidad han sufrido transformaciones que se evidencian en los múltiples caminos trazados en sus pesquisas, por ejemplo, sobre las prácticas artísticas en el caso de las artes. Es así que, al dialogar sobre prácticas artísticas, estamos dialogando sobre reflexión y, por supuesto, sobre investigación al sentar estos debates y reflexiones no solo sobre la obra, el producto, sino sobre el proceso, la interacción del espectador y su participación o percepción en la construcción, es decir, sobre la poética. De esta manera, se abren nuevas posibilidades de entender los comportamientos de los participantes del ecosistema digital en el que habitamos, y esto permite esbozar ciertos caminos para acoplar a nuevos integrantes y expandir la conexión de tecnologías con la sociedad. En el caso de esta indagación, esta reflexión se inicia desde el desarrollo del experimento planteado: la creación de un cinema en línea.
Además, en las tendencias contemporáneas, se plantean debates en los que la investigación en artes y diseño permite potenciar el conocimiento a través de sus nuevas exploraciones, que abren camino a nuevas técnicas para las prácticas. Por esto, al surgir estas nuevas reflexiones, se amplifican las capacidades creativas. ¿No es ese el fin de disciplinas como el diseño y las artes?, ¿indagar nuevas formas de creación, nuevos caminos creativos para diseñar, para realizar.? De eso también da cuenta esta exploración, de la poética.
De ahí que la investigación y la reflexión en este campo, además de ser protagonistas de los debates y los foros actuales sobres artes y diseño, constituyen el medio para encontrar un entendimiento del propio ser y del otro. Cierto es que la investigación en diseño se diferencia de la investigación en artes: cada una plantea su objeto de estudio centrado en su ontología.
En tal sentido, debemos preguntarnos: ¿las artes, el diseño y sus reflexiones son el camino hacia el conocimiento? Claro que sí: el arte, el diseño y sus reflexiones son o abren el camino para entendernos y generan encuentros con nuestro mundo y con otras disciplinas que le permiten al hombre social ubicarse desde su dimensión racional y sensible como vehículo de transformación y desarrollo para su especie y para su mundo (Perniola, 1997). Por lo tanto, existe un conocimiento surgido de aspectos racionales y otro surgido de lo emocional. Este último es una “fuerza” interior que nace en el artista por su contacto con el contexto y por su “inspiración”, que, según los clásicos, era divina, otorgada por los dioses (Bozal, 1996). Es el artista o, mejor, el creador quien, bajo este efecto, debe poseer divinidad y conocimiento (destreza) para crear o engendrar la obra o la cosa, la cual produce efectos en el mismo artista antes, durante y después de la creación. Esta cosa que produce efectos en el observador, en quien, según (Beardsley y Hospers, 1997) se da la “delectabilidad”7 del arte, presenta puros los placeres de este al estar la obra dotada de belleza, es decir, de esos estándares de belleza (ej: simetría, armonía, gracia etc). Esta obra influye en el carácter y la conducta de quién la observa y disfruta. Así, la transformación del ser se da por su “catarsis”, es decir, por su purificación, liberación y “reinicio” emocional.
Es así que el arte, el diseño necesitan de reflexión no solo para entenderlos sino para ser escuchados. Esta escucha es activa y no solo es para el arte en sí mismo; es una escucha activa[5] para las disciplinas que lo rodean, lo nutren y se nutren de él, como el diseño. Así pues, la estética, el arte y el diseño, desde sus reflexiones, abren nuevos horizontes de exploración hacia nuevos universos de entendimiento. El arte, ya lo decía Tolstói, transmite sentimientos que impulsan a los hombres a unirse en fraternidad. ¡Qué concepto tan fuerte: apropiarse de los sentimientos liberados por el arte, expresados en las obras que se crean, para impulsar un encuentro fraterno con otros! Por supuesto, esto aplica al diseño. ¿No es, acaso, lo que nos falta? Poder encontrarnos con el otro de distintas maneras en una sociedad tan golpeada por la violencia nos posibilita poner fin a los rencores y malos entendidos.
La estética, herramienta de lucha de clases
Al igual que se plantea el lenguaje como elemento de discusión en la estética, es determinante presentar la discusión sobre el arte como herramienta en la lucha de clases, como lo mencionan (Marx, Engels, y Bozal, 1972) al ser el arte, la estética y el diseño una actividad superior que refleja la realidad de la sociedad. Sin embargo, en una sociedad hiperconectada, ¿cómo podemos usar el arte como herramienta de lucha?, ¿cómo amplificar su poder de reflejo de la realidad social? Al ser esta una sociedad conectada, hiperconectada, al tener y permitir tantos espacios de participación y creación apoyados en la megaestructura denominada Internet, se posibilitan encuentros “reales” entre los procesos creativos en busca de cambios y reflexión social.
De ahí que, cuando se habla de herramientas como el diseño, el arte y la estética como motivadores de cambio, se habla también de ajustes en sus procesos creativos. El trabajo de creación de una obra, de una cosa, debe tener presentes sus relaciones con su contexto, su propia creación y los elementos influyentes como las dinámicas productivas de su entorno (Grohl, 2014). Del mismo modo que se tienen presentes estas dinámicas, las relaciones son determinantes, ya que, al existir una ausencia de los discursos teóricos sobre el desarrollo o, mejor, sobre el vínculo entre diseño, narrativa, arte y tecnología y su relación con aspectos sociales, hay que recurrir a entablar estos espacios de colaboración (Manzini, 2015). En este sentido, hay una negación de parte de filósofos, artistas y diseñadores a pensar y reflexionar, desde la mirada poética, sobre las prácticas que tienen que ver con las nuevas necesidades de la sociedad y su cultura. Es determinante, entonces, examinar esas prácticas, esas relaciones y esos procesos en busca de abrir caminos que nos conduzcan a ciertas respuestas para encontrar la solución[6].
En definitiva, la estética, el diseño y el arte son un puente entre las formas sensibles y la vida. La estética busca un análisis de esa denominada cosa verificable, que se relaciona con los fenómenos de la sociedad y los efectos socio-psicológicos que se vinculan a esa conexión (Eco, 1970). En diversas teorías, se presentan esas conexiones como la estética expandida y la estética de la conectividad. Ahora, cabe aquí presentar una diferencia considerable entre la estética de conectividad, que es la dimensión a indagar, y la denominada estética expandida. En la estética expandida, se da una percepción del sujeto, pero no de la obra de arte, sino de sus cosas, su entorno, sus relaciones, etc. En cambio, la estética de la conectividad (en gestación) busca comprender esas relaciones de personas, dadas en el proceso de construcción de una obra en un marco y mundo digital, de manera colaborativa. Ahora es muy temprano para determinar un momento teórico en gestación como lo es la estética de la conectividad, que concebimos como un espacio-tiempo en movimiento, dirigida al estudio de la sensibilidad de individuos en conexión, con vínculos en espacios digitales, que alimentan su potencia creativa en las manifestaciones artísticas (poética), enfocada en la sensibilidad, eje de transformación y comunicación intersubjetiva[7] (Mandoki, 2006).
Por esto, el artista, el diseñador debe habitar esos caminos , expuestos; debe contextualizarse, ser un «inquilino de la cultura»11, como menciona (Bourriaud, 2008) citando a Michael de Certeau. De ahí que el artista, el diseñador debe ser un reciclador de la cultura donde habita. Debe ser un «mashupseador«12 de su contexto para aportar significaciones a su forma de percibir y presentar su obra. De esta manera, vincula el arte, el diseño y las tecnologías en una amalgama de aportes contemporáneos hacia una emergente innovación social, en la que la estética es el elemento transversal. Así pues, el arte contemporáneo, el diseño actual, su poética y su estética deben encaminar sus prácticas hacia el desarrollo de proyectos políticos a través de problemas reales que permitan, en espacios presenciales y virtuales, encontrar soluciones y cocrear nuevas alternativas de reflexión y experimentación que le den a la sociedad las herramientas para reinventarse.
Abordaje 2
En este bloque, se presentan los avances del experimento en ejecución y de los procesos metodológicos abordados.
En el marco de esta indagación poética, se desarrolla la siguiente pregunta como eje fundamental de la investigación: ¿Cómo pueden el diseño y la narrativa de ficción, desde la mirada del iCinema, potenciar un ejercicio interactivo dirigido a explorar un contexto estético de la conectividad?
El objetivo es explorar el contexto estético de la conectividad y relacionar el diseño con la narrativa de ficción mediante la creación de un cinema con una metodología colaborativa en un entorno virtual., Por lo tanto, en el siguiente bloque, se presentan los avances del experimento y algunos hallazgos hasta ahora.
Está claro que el homo obiectum[8] necesita crear cosas, objetos. Sin embargo, al crear cosas y objetos necesita también darles una función. Ese otorgamiento, que también puede venir con el objeto o cosa, desde su preconcepción, germinación y proceso es una función superior y externa con un principio válido para la vida del ser humano, es decir, la estética.
Es así que se pretende usar métodos de investigación cualitativos, ya que utilizaremos un proceso inductivo en el que se explorará y describirá para, luego, generar corrientes y perspectivas teóricas sobre la estética de la conectividad (Hernández Sampieri, Fernández Collado, y Baptista, 2010, 9). Esto se explica, en parte, porque el interés es por las cuestiones visuales vinculadas con el objeto de estudio, en las vivencias y experiencias de los participantes durante el experimento (DeWalt y DeWalt R., 2011). En tanto, es importante recalcar que los datos cualitativos son las descripciones detalladas de esas interacciones presentadas durante la recolección de los datos (Anguera, 1986).
Es claro que la investigación en diseño y creación es muy rigurosa y que deben desarrollarse todos los pasos de manera minuciosa. Para esto, se tendrá un enfoque cualitativo, ya que es el enfoque más usado según el estado del arte y el más cercano al objetivo exploratorio. Además, se podrán aplicar diferentes estrategias, como la observación (Creswell, 2014), a través de un diseño fenomenológico.
[1] Entendido como la fenomenología de la imagen en movimiento
[2] Sigla de ácido desoxirribonucleico, donde se encuentran los datos genéticos de un ser vivo.
[3] Título de la propuesta investigativa en el Doctorado en Diseño y Creación de la Universidad de Caldas
[4] Trino enviado sobre este tema para dejar claro que arte y estética no son lo mismo
[5] “Escucha activa” es un término utilizado en redes sociales digitales
[6] Solución en términos de la problemática del presente estudio y de la problemática en torno al proceso de creación de una obra, proyecto o diseño
[7] Es la conceptualización de la relación psicológica entre personas, dada por una comunicación intelectual o afectiva.
[8] Hombre objeto